Un parto fuera de lo común

10.01.2012 14:50

 

 

Cuando una mujer decide parir diferente a lo convencional es considerada como una rebelde, rara o con problemas. Como si algo extraño estuviese sucediendo en su mente o como si fuese una excentricidad.

Muchas  toman esta decisión al informarse y conocer que  existen otras opciones en las cuales parir se considera un hecho fisiológico y natural, que la naturaleza humana se ha encargado de perfeccionar durante miles de años de evolución.

Una elección que se basa en colocar dentro de las prioridades de este evento la trascendencia individual, la capacidad de decisión de la mujer, la privacidad y seguridad, el respeto por las emociones y el asumir el poder femenino.

 Sin embargo, muchas féminas cuando están en la dulce espera, desconocen los diferentes tipos de partos que incluso en Venezuela pueden conseguir, y no se queda en un programa estadounidense.

 

El parto en agua

Parir en agua aún es una forma no convencional y polémica de tener un bebé, a pesar de que hay cientos de miles de mujeres que han parido acuáticamente en el mundo. En Venezuela, sólo en 2004, ocurrieron  más de 70 partos en agua. Una de las críticas es la posible contaminación del agua donde ocurre el parto pero los centros acreditados donde se realizan los nacimientos acuáticos utilizan agua filtrada (potable) a 36-37º C en bañeras o Jaccuzzis especialmente acondicionados.

El medio acuático provee de privacidad y relaja a la parturienta. Alivia el dolor en un grado tal que se le considera el “anestesiólogo líquido”. Propicia la intimidad y la conexión instintiva al final del proceso. Al nacer en el agua, el bebé tiene varios mecanismos fisiológicos que le impiden tragar o inhalar mientras está sumergido por pocos segundos.

Además aquellas mujeres que  no desean una sala de hospital, proporciona ciertas ventajas como disminuir el riesgo de cesárea, no hay corte en la mujer para que el bebé salga, los bebés y mamás están tranquilos y los niños son menos irritables, enfermizos o histéricos. La oxitocina natural del cuerpo es la hormona del amor y en este paso del canal vaginal al agua se pierden la mínima cantidad de neuronas y así se da un proceso más tranquilo en el que el bebé es más feliz y relajado.